Gran Circo Acrobático de China en el Teatro Juan Bravo

No hay cultura oriental sin intriga y fantasía. Oculta en vestimentas de colores llamativos y movimientos prácticamente marciales, la filosofía asiática siempre desprende un halo misterioso, cargado de simbolismo, que atrapa y atrae. Por eso, no vale sólo con decir que las tablas que la mayoría de los días sostienen guiones de letras, van a ser sustento de un circo de acrobacias, malabares, saltos y coreografías. No es sólo eso. El Gran Circo Acrobático Nacional de China es un hada que, como ave fénix, resurge y vuela sobre el mar. Es un viaje hacia el sol. Es un palacio de fantasía y un alegre jardín lleno de aves que cantan y sombreros que se elevan sobre el suelo. Es los ojos del mal observando desde la oscuridad. El Gran Circo Acrobático Nacional de China es riesgo, es sacrificio y es una demostración de fuerza y concentración. También es música de saxofón y fuegos que iluminan todo. Son momentos de desesperación y llamadas del amor. El Gran Circo Acrobático Nacional de China son más de treinta artistas, capaces de prolongar la intriga y la fantasía durante más de una hora y media en un Viaje de ensueño.