MERCADO DE AMORES en Teatro Juan Bravo

MERCADO DE AMORES, 11 de diciembre a las 20:30 horas, en Teatro Juan Bravo

MERCADO DE AMORES
11 DICIEMBRE
Compañía: Secuencia Tres
Dirección: Marta Torres
Dramaturgia: Eduardo Galán (adaptación de textos de Plauto)
Intérpretes: Pablo Carbonell (Pánfilo), José Saiz (Olimpión), Alejandro Arestegui (Carino y Carina), Ania Hernández (Erotía), Javier Ortiz (Leónidas), Esther Toledano (Tais)
Función: 20:30 h
Duración: 1 h 30 min
Precio: 18 €, 16 € y 14 € (según planta)
Precio Joven (hasta 25 años): 16 €, 14 € y 12 € (según planta)

Que Plauto, Eduardo Galán, Pablo Carbonell, Víctor Ullate o Francisco Vidal compartan cartel sólo puede traer locura. Ojos abiertos, carcajadas disparatadas y diálogos enredados. Que Roma líe sus letras y Galán, con ayuda de Marta Torres en la dirección, monte un triángulo amoroso entre El mercader, Cásina y La comedia de los asnos sólo puede llevar a un Mercado de amores en el que el producto seduce a todos, pero el precio sólo está al alcance de los elegidos. O de la elegida, en este caso; de nombre erótico, Erotía. Joven, rica e hija de Pánfilo, quien no sólo tiene poco de pánfilo, sino que, además, es el mercader más rico de Roma.
Erotía es tan independiente y rebelde, que es capaz de enamorarse de Carino, quien a su vez es esclavo, de profesión y de las ideas de Erotía, a quien no se le ocurre mejor manera que ocultar su amor transformando a Carino en Carina, abriendo así el baúl de los recuerdos sexuales de su padre, Pánfilo. Por si el triángulo amoroso estuviese falto de vértices, Tais, amiga de Erotía e hija de Leónidas, y el mismo Leónidas, a su vez senador y corrupto amigo de Pánfilo, también encuentran su sitio en una historia que, si en vez de suceder en el siglo II a.C. ocurriese en el XXI d.C. tendría a dos viejos verdes y a dos mujeres independientes y triunfadoras como protagonistas. Porque, como vende Carbonell «corrupción, lujuria, codicia desorbitada y unos personajes creados hace veintiún siglos nos miran y nos dicen: soy como tú». Están locos estos romanos.